Declaración de Papúa en la cumbre ACP

Al llegar a Papúa Nueva Guinea descubro que es la tierra del Ave del Paraíso. En su bandera, en sus instituciones, en su artesanía, en su moneda, en su línea aérea, en sus empaques, por doquier aparece la imagen del Ave del Paraíso. El ave nacional la han convertido en una marca país, expresión de identidad de esta joven nación del Pacífico, independizada de Australia en 1975. El objetivo de mi visita a tan lejana nación fue la asistencia, en representación del Presidente Danilo Medina, a la 8va. Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Países África, Caribe y Pacífico (ACP), los días del 30 y 31 de mayo, y 1ro. de junio de 2016 en la ciudad de Port Moresby.

Esa clara identidad que la población manifiesta con su territorio, a través de una ave multicolor de largo pico y florida cola, mostrándola con orgullo en uno de los parques de la Capital Port Moresby, es uno de los valores que pude percibir en Papúa. A pesar de contar con unos 6 millones de habitantes, este país posee una superficie territorial superior a los 460 mil kilómetros cuadrados, casi 10 veces el territorio de la República Dominicana. Ocupa la mitad oriental de la isla de Nueva Guinea, con una diversidad de pequeñas islas, que lo hace un Estado Archipelágico. Es una sociedad fundamentalmente rural con más de 700 lenguas tribales, que ha logrado organizarse  como Monarquía Constitucional Parlamentaria (vinculada a la corona inglesa). Es este el escenario que nos acoge para celebrar la 8va. Cumbre del Grupo ACP con el tema central “El Rol del Grupo de Países ACP ante los Retos del Desarrollo Sostenible”. Esta organización internacional representa uno de los retos más grandes de la diplomacia multilateral contemporánea, ya que la diversidad cultural, política, económica, y territorial de los países miembros hace compleja la tarea de generar una identidad asociativa y una agenda programática común. En efecto, de los 79 Estados parte, 48 pertenecen a África, 16 al Caribe y 15 al Pacífico.

El Grupo ACP surge en 1975 con la firma del acuerdo de Georgetown, Guyana. Conformado por excolonias de países europeos, el Grupo ACP establece con la Unión Europea un convenio de relaciones económicas y de cooperación cuya primera edición fue la Convención de Lomé, vigente desde el 1975 hasta el 2000, cuando fue sustituida por el Acuerdo de Cotonou. Los países que componen el grupo ACP son los siguientes:

a) África: Benín, Botsuana, Alto Volta (Burkina Faso), Burundi, Camerún, Chad, República del Congo, Zaire (República Democrática del Congo), Costa de Marfil, Etiopía, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea-Bissau, Kenia, Lesoto, Madagascar, Malaui, Malí, Mauricio, Mauritania, Níger, Nigeria, República Centroafricana, Ruanda, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Suazilandia, Tanzania, Togo, Uganda, Zambia, Cabo Verde, Comores, Yibuti, Santo Tomé y Príncipe, Seychelles, Angola, Mozambique, Zimbabue , Guinea Ecuatorial, Eritrea, Namibia, Sudáfrica;

b) Caribe: Bahamas, Barbados, Jamaica, Trinidad y Tobago, Dominica, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Haití, Guyana, Granada, Surinam, Belice y Cuba;

c) Pacífico: Fiyi, Samoa, Tonga, Kiribati, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu, Vanuatu, Islas Cook, Micronesia, Nauru, Niue, Islas Marshall.

 El grupo ACP posee una Secretaría General, con sede en Bruselas, encargada de su funcionamiento administrativo y responsable de ejecutar los programas establecidos por los organismos superiores de toma de decisión. Dichos organismos son los siguientes:

– Comité de Embajadores, integrado por representantes de cada uno de los países miembros, encargado de asistir al Consejo de Ministros y de dar seguimiento a los acuerdos entre la Unión Europea y la ACP.

– Consejo de Ministros, encargado de ejecutar las políticas de la agrupación y evaluar el estado de ejecución de los programas. Sesiona ordinariamente cada 6 meses, y actúa por consenso.

– Cumbres de Jefes de Estado y Gobierno, máximo estamento de decisión de la ACP para el traslado de políticas y planes. Se realiza cada 4 años en un país seleccionado.

Cada región cuenta con un subgrupo. En el caso del Caribe, en 1992 fue establecido el Foro del Caribe o Cariforum, al cual pertenece la República Dominicana, cuya secretaría general tiene sede en Guyana. A través de esta estructura regional se facilita la coordinación de los países en el marco de su relación con la Unión Europea, en materia de cooperación e intercambio comercial. Precisamente en este último caso, se estableció el Economic Partnership Agreement (EPA), mediante el cual se confieren facilidades y ventajas comparativas a los países ACP en su relación comercial con la Unión Europea.

En materia de cooperación internacional, es justo destacar que la Unión Europea en una de las mayores fuentes de fondos no reembolsables para programas de desarrollo en la República Dominicana. Ambitos como la gestión financiera del Estado, la administración pública, la descentralización y gestión local, el sistema penitenciario, el marco legislativo, entre otros, han recibido cuantiosos aportes desde la Unión Europea durante las últimas décadas. Precisamente, este tipo de cooperación ha privilegiado la inversión en el desarrollo institucional de nuestro país.

Es por todo lo anterior que podemos afirmar que, aunque falte mucho camino por andar en la consolidación del grupo de países ACP en su relación con la Unión Europea, y como espacio multilateral, han sido significativos los beneficios que hemos recibido al pertenecer a dicho organismo.

De cara al futuro, con esta VIII cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la ACP se perfila un rol más allá de los límites de la relación con Europa. Esto queda reflejado, precisamente, en la Declaración de Papúa Nueva Guinea, con el tema central: “Reposicionando la ACP para responder a los retos del Desarrollo Sostenible”. En tal sentido se pueden resaltar los siguientes planteamientos:

– Reafirmar el compromiso realizado en la VII cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la ACP, en el 2012, de crear las condiciones para transformar al grupo en un actor de influencia en la gobernabilidad política y económica mundial.

– Sin dejar de reconocer la importancia que ha tenido el gran aporte de la cooperación de la Unión Europea en el desarrollo de los países del grupo, se hace necesario potenciar las fortalezas y esfuerzos propios, al igual que diversificar los socios para el logro de mayores niveles de desarrollo económico y social.

– Reafirmar la visión de hacer del grupo una organización con liderazgo transnacional que trabaje por el mejoramiento del nivel de vida de la gente de los países parte, mediante la buena gobernanza, la preservación de la paz y la seguridad, la justicia social, la construcción de capacidades en el sector privado, la promoción del comercio y la inversión, el acceso a la tecnología, el desarrollo sostenible, así como también mediante la cooperación Norte-Sur, Sur-Sur y Triangular.

Como bien se puede apreciar, el grupo de países ACP está generando grandes expectativas sobre su potencial en el corto y mediano plazo. Sin embargo, trillar ese camino implicará ingentes esfuerzos de concertación, en el marco de su compleja diversidad multidimensional. Para tales fines, República Dominicana seguirá aportando lo mejor de sí como expresión de su nueva política exterior, en la cual se privilegia la incidencia en los espacios y organismos multilaterales. La Declaración de Papúa pondrá a pruebas la efectividad de la diplomacia multilateral de países en proceso de desarrollo.

Por Andrés Navarro

Arquitecto, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD. Urbanista, de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. Profesor de Planificación Urbana en la UASD, Santo Domingo, R.D. Dirigente Nacional del Partido de la Liberación Dominicana. Exministro de Educación de República Dominicana. Exministro de Relaciones Exteriores de República Dominicana.

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